Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto,
por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima,
implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte
(ya sea esta fortaleza real o percibida subjetiva mente) que aquella. El sujeto
maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto
maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas
(aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva
aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso,
triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la
situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su
materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin
límite de edad. Suelen ser más propensos al acoso escolar aquellos niños que
poseen diversidad funcional, entre las cuales se pueden contar el síndrome de
Down, el autismo, síndrome de Asperger, etc.
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento
escolar, mato naje escolar, matoneo escolar, maltrato escolar o en inglés
bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido
entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en
el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciber
acoso. Estadística mente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da
mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas
de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en
la adolescencia, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil
de víctimas.
-Bloqueo social
Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear
social mente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su
marginación impuesta por estas conductas de bloqueo. Son ejemplos las
prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que
nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento
por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con
la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca presentar al niño
social mente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo, indigno, débil,
indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al niño desencadena
socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido
como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de acoso escolar
es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy frecuentemente
invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el hecho
de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que los demás le
excluyen sistemáticamente de los juegos.
-Hostigamiento
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en
acciones de hostigamiento y acoso psicológico que manifiestan desprecio, falta
de respeto y desconsideración por la dignidad del afectado. El desprecio, el
odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación
gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta
escala.
-Manipulación social
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden
distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra él. Con
ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada
negativamente sobre la víctima. Se cargan las tintas contra todo cuanto hace o
dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo
que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A causa
de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos otros
niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que el
acosado merece el acoso que recibe, incurriendo en un mecanismo denominado
“error básico de atribución”.
-Coacción
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que
la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas
quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de
su voluntad. El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a
los que fuerzan o tuercen esa voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo
poder social. Los que acosan son percibidos como poderosos, sobre todo, por los
demás que presencian el doblega miento de la víctima. Con frecuencia las
coacciones implican que el niño sea víctima de vejaciones, abusos o conductas
sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a las represalias sobre sí o
sobre sus hermanos.
-Exclusión social
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de
la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas
con las que el grupo que acosa segrega social mente al niño. Al ningunear lo,
tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión, impedir su
participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.
-Intimidación
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen
amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una
acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el
niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento
físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.
-Amenaza a la integridad
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar
mediante las amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o
mediante la extorsión.